Estoy segura de que en tu vida has conocido al menos a una pareja así. Desde que les conoces están juntos, primero eran sólo un "rollito", nada serio, de repente ya eran novios oficiales. Ambos desaparecen para sus grupos de amigos durante una temporada y, pasado un tiempo, ella vuelve deshecha en lágrimas porque él la ha dejado (o viceversa).
Acogidos de nuevos por sus respectivas pandillas,
se pasan los días investigando con lupa el porqué de la ruptura, pensando en
que es su culpa, que es de él o que es de ambos. Tú, como maravillosa amiga o
amigo que eres, escuchas pacientemente, atiendes sus llamadas, animas con tus
silencios y comprendes con tus asentimientos y, cuando parece que lo han
superado, recaen.
Vuelven a estar juntos con la pasión de los
primeros días y la seguridad de que esta vez no puede ir mal. Una seguridad tan
falsa que no tarda en hacerse añicos de nuevo, y el ciclo vuelve a empezar.
Conozco bien ese tipo de relaciones porque yo he
sido, y quién sabe si aún lo soy, la protagonista de una de ellas. Del
enamoramiento más absoluto a las rupturas más tortuosas, el ni contigo ni sin ti
ha cobrado en mi vida un cariz desconocido.
Cada vez que todo se ha hecho pedazos, mi familia
y amigas han estado ahí para recoger lo que quedaba de mí. Con su incondicional
ayuda (tanta, que les dedicaré un post especial) han logrado una y mil veces
retornarme a lo que era, dándome la
seguridad en mi misma que perdía en cada pelea que acababa con la relación.
Al pasar el tiempo, con mi curación tan reciente
que aún había rastros de heridas en mi piel, observan impotentes como vuelvo a
meterme de lleno en aquello de lo que no paran de sanarme.
Desde aquí les pido disculpas, por las veces que
he desoído sus consejos, por las veces que he buscado su apoyo sin querer
escuchar sus consejos, por las veces que aún sabiendo lo que debía hacer he
decidido equivocarme mil veces más sabiendo que estarían ahí.
Pero, sobre todo,
les pido perdón por lo que está por venir, por las lágrimas que aún verteré,
por los silencios que me ayudarán a sobrellevar, por los consejos que me darán
aún sin pedirlos. Y desde ya, les doy las gracias por su apoyo incondicional
que hace de los finales algo menos doloroso.
Noy hay nada q perdonar pero como vuelvas a recaer te mato!!!!! ;) y despues t recordare stas palabras tuyas
ResponderEliminarQuiero que quede constancia de este párrafo de mi texto, que me descarga de las culpas(:p):
ResponderEliminar"Conozco bien ese tipo de relaciones porque yo he sido, y quién sabe si aún lo soy, la protagonista de una de ellas."
Gracias por tu comentario Leire. No dejes de escribir!!!!
jajaj si ya he leido ese parrafo pero tb el resto y kiero que t acuardes bien de todo cuando flaquees
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