Todas las decisiones que tomas
hacen que tu día sea de un modo o de otro. Nunca sabrás si ese chico al que has
visto en el metro te hubiera prestado atención si hubieras dejado tu melena
suelta, si tu jefa habría sido más amable si vistieras de rojo, o si hubieras
evitado el accidente que te retuvo en un atasco si no te hubieras detenido a
pintarte el ojo.
A ese tipo de elecciones, más
inconscientes que meditadas, no les damos ningún tipo de importancia aunque seguramente
la tienen. Sin embargo, cuando tenemos que tomar una decisión al respecto de
temas del corazón la cosa se complica.
Nos sentimos incapacitadas para
decidirnos a llamar a ese chico que dijo que nos telefonearía hoy, y que no ha
dado señales de vida a las 7 de la tarde, para tomar la iniciativa e invitar a
algo a ese hombre que nos hace tilín (en algunos casos tolón), pero sobre todo
para romper con una relación que ya no va a ninguna parte.
Sinceramente, desconozco si es
por miedo (del que la que escribe va sobrada) a la soledad, a pensar que nunca
encontraremos a alguien que nos quiera, bla bla bla. Lo cierto es que muchas
veces aguantamos una situación que no nos satisface, esperando un cambio que
nunca llega. En este tema me siento bastante acompañada, porque otras mujeres
me han contado cosas que bien podrían haber salido de mis labios.
Los primeros meses él te prometía
bajar la luna del cielo (no, no quiero para nada la luna en mi salón) y ahora
es incapaz de compartir contigo un simple atardecer. Deberíamos correr en
sentido opuesto cuando vemos que la pareja (si es que hemos conseguido que él
pronuncie esa palabra) no va a dar más de sí.
No soy la única a la que un hombre
la ha ido conquistando poco a poco (presa vs cazador, recuerdas?) y pasados
unos meses él ya no es ni la sombra de lo que era.
Sé, y así lo he expresado en
post previos, que ese comportamiento es humano, pero también sé que quedarse
anclada a esa persona sólo porque crees que va a volver a ser el del principio,
es una soberana tontería.
- ¿Te llama a diario? Si lo hace,
genial, pero si no lo hace, no te martirices con los posibles motivos para que
no lo haga porque solo hay uno: no te llama porque no quiere hacerlo.
- ¿Planifica citas contigo? O
eres siempre tú quien le dice de quedar y él te contesta con un: “vale, si te
apetece….”? Sin comentarios
- ¿Te hace feliz? ¿Sientes que
tienes todo lo que mereces o te agradaría que fuera más detallista, cariñoso,…?
No soy psicóloga y este test,
desde luego, no tiene nada de científico. Pero, sí que os puedo decir que a mí
me ha ayudado a ser capaz de tomar decisiones que había retrasado por miedo.
Ahora me he dado cuenta de que si no sé nada de él es porque él no quiere que
sepa, y he descubierto que quiero en mi vida una pareja que no me dé
quebraderos de cabeza, sino tranquilidad. A menudo me daba cuenta de que me
planteaba si me quería o si realmente querría estar conmigo. ¿Qué tipo de persona
se plantea eso cuando está en una relación sana??
Nadie, verdad? Sin embargo sé que tú también te lo has
preguntado alguna vez y por eso te digo que eso no es normal!!! No, no lo es!!
Te pongas como te pongas, busques las excusas que busques, en algún momento vas
a llegar a la misma conclusión y tendrás que tomar la decisión de acabar con
una relación que no te lleva a ninguna parte, porque si no se compromete
contigo en pequeñas cosas, ¿cómo va a hacerlo en las grandes?
No te digo que lo des todo por
perdido, pero sí que tomes las riendas de tu vida y exijas lo que quieres.
Quizás el te sorprenda con un “por ti lo que
sea cariño. Si quieres, hasta te bajo la Luna”
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