miércoles, 22 de mayo de 2013

A vueltas con las palabras

Creo que todos tenemos a personas a nuestro alrededor que nos hacen darnos cuenta de cosas. A veces buenas, a veces malas y a veces simplemente son algo que no habíamos pensado. Esto me ha pasado a mí con este tema. 

No sé desde dónde me lees tú, pandorit@. Puede que compartamos zona horaria, quizás incluso veamos amanecer y anochecer desde la misma ciudad, y puede que nos separe un océano y que lo más cerca que estaremos nunca de conocernos es el hecho de que tú lees mis letras y yo las escribo para ti.

La realidad es que puede que estés en la otra punta del mundo y es casi seguro que tu idioma, aunque es el mío, diste en muchas cosas de ser exactamente igual. Hay un millón de palabras, expresiones y giros lingüísticos tan distintos entre mi español y el tuyo que, seguramente, algunas veces, te hayas quedado alucinad@ de que las meta en una frase.

Por eso, para ti que lees esto desde otro país, para ti que lo lees desde España pero cuyas raíces están a miles de km de aquí, y para ti (si tú) que me pediste este tema, escribo hoy este post.

Si hablamos de cosas simples, incluso dentro de España se ven diferencias. Para mí una chaqueta vaquera siempre será una chamarra, el gorro de una sudadera un choto, y unas zapatillas deportivas playeras. El tenis es para mí sólo un deporte mientras para otros se pone en los pies para hacer deporte.
 
En México cocinan en la estufa y aquí la usamos para calentar las casas en invierno. Sus amigos son carnales y si son listos se autodenominan pistolas. Si salen de boliche y beben de más, se pone cola de perro y si, encima disfrutan, se están rayando. Aquí algo carnal no es un amigo, sino que está relacionado con temas sexuales, los listos son avispados, salimos de fiesta y nos pillamos un pedo y si nos rayamos, no es nada bueno.

En Guatemala, trabajar es echar punta, tener un problema es tener un clavo y no tener suerte, tener leche. Para un guatemalteco su novia es su traída y su amante, casera. En España las caseras son las mujeres que nos alquilan sus casas y si se convierte en tu amante o no, es otro cantar!! La punta la echan los lápices y los clavos sirven para sacar a otro. La leche la da la vaca y a los novios los traemos, pero también los llevamos.

El caso de Guatemala es curioso por la cantidad de acepciones que tienen las palabras derivadas de "huevo". Si un guatemalteco te llama huevudo, alégrate te considera valiente pero si te llama huevón cree que eres un vago y ser de ahuevo es ser una persona de confianza.

En mi país un huevón es un hombre que no toma decisiones y se deja llevar, tener algo a huevo es que es alcanzable, los testículos de los hombres son los huevos y los huevones no tengo claro si tienen.

Para ellos un pajero es un mentiroso, así que no creas que te consideran un salido sexual. Así como en México rayarse es pasarlo bien, en este país es ser afortunado.

Lo que es España se llama ir de sujetavelas, al acompañar a una pareja, en Perú es estar de violín mientras tú estás con tu flac@. Si no está conforme con una venta, no reclama, pitea y si logra que le devuelvan su dinero no presume, se vota.

Los peruanos inteligentes son chancones, los bonitos cueros, los policías tombos y al mediodía en vez de la siesta, jatean.

En Sudamérica la concha es la vagina femenina y aquí es lo que encontramos en la arena y la manera cariñosa de llamar a la tía Concepción de Benavente del Cesnillo. Y Lola Flores se llamaba Dolores, por mucho que os riais pensando que se llamaba como un seno femenino!

Si hago mucho deporte, tengo agujetas, vosotros las usáis para ataros los zapatos. Lo que vosotros conocéis como banqueta, yo lo llamo acera y para mí una banqueta es una silla sin respaldo. Coger es agarrar (cuidado si tropiezas en Sudamérica y le suplicas a alguien que te coja. Las consecuencias pueden ser terribles).

Un guiso es lo que hace mi madre para comer, y para ti, que estás en Puerto Rico, un trabajo de carácter temporal. Yo copiaba en los exámenes con chuletas y vosotros con machetes, comía chocolate con churros mientras para ti comerte un churro es comerte, literalmente, a alguien hermoso (canibalismo? jajajja)

Para ir al trabajo tengo que pasar por 4 manzanas de casas porque si pasara 4 cuadras, me encontraría millones de animales a mi paso. Y, por supuesto, ni se me ocurrirá decir que para venir tengo que coger dos autobuses, porque a saber lo que pensareis de mí!!!

Feliz día!!

martes, 21 de mayo de 2013

La verdad de los cuentos: I Blancanieves

Érase una vez un mundo en el que los cuentos se hacían realidad. Un mundo repleto de personas disfrazadas de personajes, un enorme castillo rosa, un montón de espectáculos y niños admirando la fantasía, absortos.

Este mundo sin embargo es sólo un terreno que alguien se ha dedicado a llenar de amores que nunca serán, de niños que nunca crecen, de madrastras que reciben su merecido y de calabazas que se convierten en carrozas.

La imaginación es uno de los bienes que los adultos menos cultivamos, por lo que al observar ese mundo maravilloso, sólo podemos ver disfraces, decorados y maquillajes. No recordamos que cuando éramos niños, aquello era la verdadera magia. 

Esa tierra fantástica existe, la real en la que moras y en la que las cosas son difíciles, en la que el dinero es la base de todo, en la que vives para trabajar, en la que intentas darles a tus hijos un futuro mejor, esa también es cierta. Pero hay otra más.

Érase una vez un mundo en el que la realidad se convirtió en cuento. Quizás no es un mundo que aún sobrevive, quizás es sólo un recuerdo, pero si no es, lo fue.

Los cuentos de hadas, esos que he criticado en anteriores posts no son siempre invención de una mente privilegiada, que no ha dejado la imaginación escondida en un recodo de su cerebro al que nunca accede. Pocas veces una persona vive una historia digna de ser contada, pero aunque son casos excepcionales "haberlos haylos, como las meigas".

El cuento de Blancanieves, por nombrar un ejemplo, está inspirado en la vida de María Sophia Margaretha Catharina von Erthal. Una joven que nació en el siglo XVIII en Alemania. Su madrastra (sí ella también existió) fue Claudia Elisabeth María von Venniguen.
 
El castillo en el que vivió sus penurias y alegrías está en el país europeo y, dentro de él, puede visitarse el espejo que tantas declaraciones hacía. La realidad es que, parece ser, que por la reverberación de los muros del palacio, si te sitúas delante de él y hablas, se escuchan tus palabras repetidas (lo que viene siendo el eco, vamos).
 
Ni la madrastra era tan mala como en el cuento, ni la joven que pasó a la historia como Blancanieves era tan dulce y bondadosa. Sé que a estas alturas te estarás preguntando si realmente hubo siete enanitos en la historia real, y la respuesta es que sí, pero en la vida real nada es tan hermoso.

En aquella época se trabajaban las minas de hierro y sólo los niños de determinada edad tenían el tamaño como para llegar a ciertos recovecos, así que ellos eran los que picaban y cavaban, convirtiéndose en viejos prematuros y desnutridos.

Si bien el cuento que conocemos hoy en día es ese en el que se envenena a Blancanieves con una manzana envenenada (parece ser que esa parte es cierta y se envenenó la fruta sumergiéndola en belladona, sin magia de por medio), la narración ha ido cambiando con los años.

En la primera versión, la madrastra fue castigada, una vez que la princesa se despertó, a bailar hasta morir con unas sandalias de hierro. Desconozco el efecto que semejante final habría tenido en la infancia de nuestra generación, pero seguro que los psicólogos a día de hoy vivirían mejor. (Este tema es apto para un nuevo post jajja)
 
Sobre el verdadero final del cuento no hay datos, quizás porque aunque la historia no sea del todo verídica, es mejor quedarse con el... felices para siempre que con un final normal. Al fin y al cabo, ¿quién no necesita un poco de esa magia? ¿Quien no quiere creer que eso pasó y que quizás, mañana nosotros podemos ser los protagonistas de un cuento?
La realidad en cambio nos golpea cada día como un mazo, haciéndonos ver que no hay nada novelesco en levantarse por la mañana, preparar el desayuno para uno o para 10, ir a trabajar, llegar a casa, limpiar, hacer la colada, recoger el querido hogar, buscar a los niños y descubrir que ha pasado otro día de tu vida.
 
Pero, si lo piensas bien, el continuar aún sin caballeros, ni príncipes, ni castillos, ni espejos, y conseguir arrancar trocitos de felicidad a una existencia caótica en medio de una marabunta de responsabilidades ineludibles, conseguir sonrisas donde había lágrimas y dar todo de ti hasta quedarte vacía, para llenarte con lo que los que te quieren te dan, eso pequeñ@s pandorit@s, eso es la verdadera MAGIA.

jueves, 16 de mayo de 2013

El amor duele, y otros estudios

Buenos días!
 
Esta mañana me he dedicado a pasear por la red. Para mí esos paseos suelen ser bastante interesantes, ya que sé donde comienzan pero ni conozco el destino ni, en la mayoría de las ocasiones, sé como he llegado hasta allí.
 
Pensé que sólo me pasaba a mí, pero he descubierto que es algo bastante común el empezar en google y acabar en una web de noticias sobre lagartos hindúes.
 

En fin, lo que quiero contaros es que me he topado con un site en el que se detallaban cosas curiosas, tanto del ser humano como de los animales, noticias que te dejan anonadada y estudios que eres incapaz de comprender a qué tipo de mente extraña se le han podido ocurrir. Ha sido ahí, entre viajes a Marte, pájaros cantarines y niños llorones, donde he encontrado una noticia que ha captado mi atención.
 
La noticia viene a decir que se ha realizado un estudio que revela que el desamor duele. ¿Cómo os habeis quedado? Jajajaj casi puedo imaginar vuestras caras de asonbro ante semejante sorpresa!! Permitidme el beneficio de la duda, que si me seguís ya deberíais de saber que siempre explico las cosas!!

Pues bien, el titular literalmente dice que: "Según un estudio las decepciones amorosas duelen como una quemadura" y en el cuerpo del artículo explican como se ha llegado a semejante descubrimiento. Al continuar leyendo me entero de que mediante una resonancia magnética han podido ver que la ruptura sentimental activa partes del cerebro vinculadas a dolores físicos.
 
Su conclusión es un tanto extraña, porque os puedo asegurar que una quemadura nunca me ha dolido tantísimo como cuando me han dejado. Sientes que el corazón, literalmente, se te hace añicos, vives con un nudo perpetuo en la boca del estómago, y esa presión en el pecho no te abandona más que cuando duermes. ¿Conoces la sensación? Los del estudio, no.

 
De hecho, llegan a afirmar que pasar por este tipo de trance (ellos dicen trauma pero me parece excesivo) demasiadas veces, puede llegar a generar un dolor crónico que desemboque en enfermedades como la fibromialgia. ¡¡Ojiplática me quedo!!
 
Después de semejante revelación (y un poco acongojada, pensando que sí me dejan muchas veces voy a desarrollar esos males), mi primer instinto es pedir un chequeo médico completo, para asegurarme de que mi salud sigue estando en perfectas condiciones, pero me controlo y sigo leyendo. No tiene desperdicio la página así que continuo ojeándola, a la espera de que otro impacto se adueñe de mis ojos. La verdad que aprendes cosas que desconocias, el problemas es que en casi todos los casos era más feliz en la ignorancia.
 
Por ejemplo, estaba yo muy tranquila respecto al uso que hago de las redes sociales: charlar con mis amigos, comunicarme con vosotros, colgar tonterías en el muro, ver vídeos,...Yo pensaba, sinceramente, que Facebook servía para eso ¿tú también? Pues estas tan equivocada como yo!
 
"Según un estudio realizado en Reino Unido, el 48% de los menores de 21 años y el 18% de entre 22 y 30 rompió públicamente con su pareja en el último año a través de redes sociales como Facebook".
 
¿Te imaginas que entras un día a ver que se cuece y te encuentras un mensaje de tu pareja en el muro rompiendo? O mejor aún que ha cambiado su estado a soltero y ya está? Madre mía, hasta escalofríos me están dando!!

En fin, la realidad de todo esto se resume en cinco puntos (porque a mí me da la gana de que sean 5, vamos):
 
1. El amor es igual de difícil y doloroso de lo que lo ha sido siempre. No te dejes llevar por ideas románticas del tipo Romeo y Julieta, porque no son reales. En aquella época también había mujeres a las que no tocaban ni con un palo y además la higiene brillaba por su ausencia. Agradece ser contemporánea del S.XXI.

2. Las rupturas amorosas duelen. No sé si como una quemadura, como un estacazo en el corazón o como cuando un elefante te pisa un pie, pero de que duelen no hay duda. Si alguien dice lo contrario o bien está mintiendo o haciéndose el duro.
 
3. Las nuevas tecnologías no siempre nos mejoran la vida. Cierto que el contacto es más fácil pero a veces eso lo convierte en algo mucho más superficial.
 
4. Cobardes ha habido toda la vida. Los que rompen vía Twitter, Tuenti o Facebook hoy, no son más que los herederos de los que lo hacían por sms, email, teléfono, carta o, simplemente, no han vuelto a aparecer en tu vida.
 
5. Los estudios los hace gente aburrida que, no teniendo otro pito que tocar, analizan cosas de las que habitualmente no tienen ni idea.
 
Y ahora una que va a seguir vigilando a la lechuga para entender cómo se reproduce, que mañana escribo un ensayo al respecto. Jajajaj
 
Feliz día pandorit@s!

miércoles, 15 de mayo de 2013

El amor según los niños

Navegando en Internet, he encontrado este texto que copio y pego, textual. Leedlo, merece la pena.

El Amor Segun los Niños
Un grupo de profesionales le propuso a varios niños, con edades de 4 a 8 años, la pregunta ¿qué significa amor?, y las respuestas obtenidas fueron más amplias y profundas de lo que cualquiera pudo imaginar:
 

  • Amor es el primer sentimiento que hay antes de que todas las cosas malas aparezcan.
  • Cuando mi abuelita empezó a padecer artritis no podía pintarse las uñas de los pies; así que mi abuelito se las pintaba todo el tiempo aún cuando empezó a padecer artritis en sus manos, eso es amor.
  • Cuando alguien te ama, la forma en que esa persona dice tu nombre es diferente. Sabes que tu nombre está seguro en su boca.
  • Amor es cuando una muchacha se pone perfume y un muchacho se pone colonia, salen juntos y se huelen mutuamente.
  • El amor es cuando sales con alguien a comer y le das la mayoría de tus papitas a la francesa sin hacer que esa otra persona te dé de las suyas.
  • Amor es cuando alguien te hace daño, te enojas mucho, pero no le gritas porque sabes que eso herirá sus sentimientos.
  • Amor es lo que te hace sonreír cuando estás cansado.
  • Amor es cuando mi mamá hace café para mi papá y ella prueba un poquito primero antes de dárselo, para estar segura de que sabe bien.
  • Amor es cuando besas todo el tiempo, luego te cansas de besar, pero aún quieres estar junto a esa persona y entonces se hablan más.
  • Amor es lo que hay en el cuarto contigo en Navidad si dejas de abrir regalos y escuchas.
  • Cuando le dices a alguien algo malo acerca de ti mismo y tienes miedo de que no te quieran más; pero te sorprendes de que no sólo aún te aman, sino que te aman aun más.
  • Amor es cuando le dices a un muchacho que te gusta su camisa y él la usa todos los días.
  • Amor es como una viejita y un viejito que aún son amigos aún después de conocerse muy, pero muy bien.
  • Durante mi primer recital, yo estaba en el escenario muy asustada, miré a toda la gente que me estaba viendo y vi a mi papá saludándome y sonriéndome; él era el único haciendo eso y entonces ya no sentí miedo.
  • Mi mamá me ama más que nadie, nunca verás a nadie más besarme por las noches antes de irme a dormir.
  • Amor es cuando mami le da a papi el pedazo de pollo más grande.
  • Amor es cuando mami ve a papi sudoroso y oloroso y aún así dice que es más guapo que Robert Redford.
  • Amor es cuando tu perrito te chupa la cara aún cuando lo has dejado todo el día solo.
  • Yo sé que mi hermana mayor me ama porque ella me da toda su ropa que no usa y después ella tiene que ir a comprar otra.

¿Por qué lo llaman amor...


Sabes tan bien como yo, como termina esta pregunta, ¿a que sí? Seguramente no te la hayas hecho tan directamente, pero dudo que no hayas pensado nunca que estás en una relación que, sin saber muy bien cómo se ha convertido sólo en eso.

No digo que tu pareja de turno, no te haya visto nunca vestida, tampoco exageremos, ni que no paseéis mirando a la gente por la calle charlando de trivialidades. Hablo de ese momento en el que te das cuenta de que los planes de futuro son inexistentes, que sí, que estáis a gusto, pero que el compromiso no llega nunca mientras que para el sexo siempre es buen momento.

Personalmente no tengo absolutamente nada contra el sexo, al contrario es uno de los pocos placeres de la vida gratuitos que quedan y hay que aprovechar!! Jajjaj. El conflicto aparece cuando tú esperas más y él se conforma con eso. O al revés, no se me enfaden mis pandoritos.

Habitualmente en estas situaciones nos vemos más involucradas las mujeres que los hombres, porque nos cuesta más separar el sexo del amor. No empecéis a pensar que las mujeres sólo pensamos en altares y anillos porque no es así eh? Hay momentos de la vida en los que el sexo porque sí está bien, una relación que sabes que no lleva a nada más, pero en la que estás a gusto porque no esperas palabras de amor, ni demostraciones de ninguna clase.

Tengo una amiga que no quiere novios que le prometan amor eterno. Es feliz con su vida individual, se siente realizada como mujer y el compartir su dicha la hace infeliz, así que no le parecía mal tener un amigo con el que satisfacer sus necesidades. Yo le alababa el gusto, oye! si puedes dejar de lado los sentimientos y no engancharte, ¿por qué no? El problema llegó cuando él quiso más y ella sabía que no podía dárselo. Muchos hombres, deciden  alargar lo más posible esta situación de comodidad diciéndonos 4 chorradas (sí, no pongas esa cara porque sabes que caemos con cuatro e incluso con menos) y siguiendo a lo suyo: sexo sin compromiso.

Mi amiga, quizás por ser ella como es, pero seguro que mucho por ser del sexo femenino decidió cortar con esa relación que le satisfacía pero de la que él esperaba un compromiso que jamás iba llegar. En mi opinión hizo lo correcto, aunque es cierto que perdió a su cómodo amante fortuito. Conozco a muchas mujeres que han comenzado una pseudorelación que con el tiempo se ha convertido en eso, amistad con sexo.

Hace unos meses, involucrada en una pareja en la que no sabía muy bien a qué atenerme, me pregunté qué es lo que distingue a unos amigos que se acuestan de una pareja. A priori no hay grandes diferencias, porque para mí, la persona que comparta mi vida debe ser también mi amigo y, por supuesto, no concibo una relación amorosa sin sexo. Ahora veo más claro que la diferencia es el compromiso y no hablo de fidelidad, o respeto (cosa que no puede faltar tampoco en la amistad), sino en el compromiso de que hay un proyecto común, sea este cual sea.

Si crees que te estoy hablando de que se arrodille en medio de un restaurante, con una rosa en la boca y anillo en mano, no has entendido nada. El compromiso de un futuro, es la idea en la mente de ambos de que mañana seguiréis juntos, de que en verano pasareis unos días alejados del bullicio de la ciudad, de que cuando el salario mejore os iréis a vivir juntos. Un algo, ese no sé qué que hace que tú sepas que él no te quiere dejar escapar.

¿Sabes de lo que te hablo? ¿O prefieres seguir llamando amor a algo que es sólo sexo?

Corina y otros "amores"

Hay gente que aún me dice que lo de encontrar pareja es fácil, o al menos que no es tan difícil. Yo soy más pesimista porque a ver, encontrar pareja pues no será tan complicado, pero encontrar una que me guste, que me despierte sentimientos, que me de lo que yo quiero, ... eso ya no es tan sencillo a que no?

Digo esto, porque me sorprende que en esta época estén proliferando páginas de Internet, aplicaciones para los móviles y programas de televisión cuyo único fin es emparejar a la gente.

De estos últimos voy a hablar, porque desde luego que algunos de ellos no tienen desperdicio. Bajo la bandera de la búsqueda del amor verdadero, se dan cita especímenes de todo tipo (algunos hasta me dan miedo). El último en unirse a esta lista de shows creo que es (no sigo yo estas cosas tanto) "Un príncipe para Corina".

Estaba yo viendo otra cosa en la tele (seguro que La que se avecina, que últimamente es lo que más agradece mi maltrecho estado de ánimo) cuando me llegó un whatsapp grupal (cómo se llevan ahora eh?) comentando la jugada.

Resultó que el instigador de la conversación no era el único que se había enganchado a la fauna que pasaba uno a uno por el plató, y tanto se reían y comentaban, que decidí cambiar de canal y dejarme llevar por la marea del televidente sin demasiado criterio.

Bueno!! Lo que allí vi no tenía desperdicio. Resulta que la chica que busca novio, parece la típica niña rica que lo ha tenido todo en la vida, y aunque su cerebro no parece ir en consonancia, la verdad es que su físico es impresionante. Rubia, de tez morena, delgada y de altura considerable, observaba sin demasiada sorpresa a los pretendientes que la visitaban, sentada en un maravilloso trono.

Los chicos pasaban por allí, algunos se deshacían en elogios, otros soltaban sus defectos a la primera, y algunos más dejaban en evidencia que la belleza generalmente no va vinculada al cultivo intelectual.

La realidad es que ves a gente en estos programas que dices, ¿pa' que vas? Si tú sales a una disco y haces lo que quieras con los chicos. Si eres de esos chicos que lo que buscan se encuentra en un gimnasio. A lo mejor les prejuzgo pero me da que no.

La gente como yo, o como tú, nunca iría a esos platós. Seguramente por dos motivos. Uno, porque antes nos sacamos los ojos que seguir esos programas (no, no los sigo, créeme) y el segundo y más importante: aunque te presentaras no te cogerían en el casting. ¿Por qué? Bueno, perdona, a lo mejor eres una modelo preciosa, con cara de muñeca y 300 kg de maquillaje por pómulo, o un musculitos que se machaca en las máquinas y se alimenta de batidos proteínicos. Si es así, olvida todo este párrafo.

Yo soy una mujer normal, una chica no físicamente espectacular. No hago que se giren las cabezas a mi paso, pero puedo arrancar sonrisas, puedo conversar durante horas de cualquier tema, puedo apoyar con mi presencia llantos desconsolados, problemas sin solución y momentos de felicidad que no lo serían, si no fueran compartidos. Y, aún así, ¿eso no vale?
Si eres de l@s mí@s, entonces, sabrás igual que yo, que tus posibilidades de enamorarte de alguien normal, que merezca la pena, con un mínimo de sentido común, una pizca de inteligencia, ese guiño de ironía y sentido del humor que te encanta y un físico aceptable, son cada vez menores. Pero bueno, en mi caja de Pandora la esperanza se ha hecho pequeña, pero no está muerta.

Así que ya sabes lo que dicen: "Sonríe!! No sabes quién puede enamorarse de tu sonrisa!"

¡¡¡¡Feliz día!!!!
 
P.d: Perdonadme la imagen, pero ¿no os ha hecho gracia? jejeje 

martes, 14 de mayo de 2013

Re- bienvenid@s!

Pues sí. Hoy me he dado cuenta de que necesito un cambio. Un cambio de manera de ver las cosas, un cambio de modo de hacer lo que hago y eso, por supuesto, afecta al blog.

Como podéis ver ha cambiado su estética, al igual que lo hará la temática. Hablaré de amor y desamor por supuesto, pero sólo cuando tenga algo interesante que decir al respecto. Otros días escribiré sobre noticias o sobre.... no sé, natación sincronizada.

Dejaré que esta página siga los instintos que me guían en la vida y a ver a donde nos lleva, porque espero que no me dejes sola eh?

De momento, dejame que te dé de nuevo la bienvenida a este camino que volvemos a empezar hoy, sin olvidar los pasos dados, pero esperando que los que vienen sean mejores.

Hoy he oido una frase que me ha encantado y os la dejo como regalo de bienvenida:

"De repente hasta los vientos se conjuran pa que vueles!"

Feliz martes pandoritas y pandoritos!!

lunes, 13 de mayo de 2013

Un cambio

Esta mañana he dedicado un rato a ojear un poco el blog. Soy una persona un poco rara, de esas que escriben según les sale del cerebro directamente a los dedos que machacan el teclado.
 
Habitualmente, escribo un post, lo publico, y después lo releo (vale, si, a veces ni eso). No quiero intoxicar mis palabras con correcciones posteriores, con el pensamiento de que esto es un poco fuerte, no lo suficientemente irónico, podría ser más gracioso.... Si empiezo así la publicación acabaría siendo completamente diferente de lo que era en un principio, perdiendo completamente su esencia.
 
Hoy no sabía lo que escribir. Bueno, me corrijo, se me ocurrían muchas cosas sobre las que escribir pero ninguna que tuviera que ver con la temática del blog, así que me he quedado pensando qué tema podría tocar. Podría hablar de infidelidad, de amores adultos, del momento en el que te das cuenta de que ya has olvidado a tu ex y de un montón de cosas similares.

Pero, simplemente, no me apetece. Necesito desligarme un poco de esa temática y saber que puedo poner un post de amor seguido de uno sobre lo que opino de Urdangarín  (aunque supongo que lo puedes imaginar jaja), por ejemplo.

Quiero escribir en este blog sobre lo que me de la real gana, sin preocuparme sobre si la temática es esa o no, al fin y al cabo, si lo lees es porque te gusta como escribo y lo que escribo sobre las cosas, ¿no te gustaría también si me riera de la moda o si te contara cosas de la actualidad?
 
Quizás no tendría más de 500 visitas si no escribiera sobre amor, pero quizás las pocas que tendría se pasarían por aquí sabiendo lo que pueden encontrar. Cachondeo, sentido del humor, ironía, sarcasmo. Y eso no se puede usar sólo en temas del corazón, sino en cualquiera!!!
 
Así que a partir de ahora, escribiré de lo que me sorprenda, de esa chica que me ha llamado la atención en la calle, de la noticia que me ha dejado con los ojos como platos, de esa relación que no pudo ser, de mi semana sin tabaco, o de lo que tú me pidas que opine.
 
Espero que sigas acompañándome en esta travesía!!!

domingo, 12 de mayo de 2013

Y por qué...

Cuando los niños y las niñas cumplen, aproximadamente, los 5 años se despierta algo en ellos y ellas por igual. Lo que hasta ese entonces estaba dormido en su interior se despereza de repente, sin que lo esperes y sin previo aviso.

En esa edad surge el deseo de entender el por qué ocurren todas las cosas del universo. "Mamá, quiero un chicle" "No, ahora no" "¿Por qué no?" "Porque ahora vas a cenar" "Y ¿por qué voy a cenar ahora?" "Porque ya es de noche y tienes que acostarte" "¿Por qué es de noche? ¿Por qué tengo que acostarme ahora?"

Ese tipo de conversaciones desesperantes para ambas partes, suelen acabar con un “porque sí” por parte del progenitor interrogado. Seguramente será por cansancio, pero también porque llega un momento en el que el adulto desconoce el por qué de algo que su hijo le pregunta. 

Lo más habitual es que en el momento, el niño se enfade, quizás insista, pero pronto su atención se centra en otra cosa y olvida por completo que hay una pregunta sin respuesta en su mente.

Entendemos que no sabemos la razón de todo cuando hablamos con un niño, y aceptábamos que no nos respondieran a todo cuando nosotros éramos los infantes. Sin traumas, sin sufrimiento de por medio, sin vueltas y vueltas a la cabeza.

Hoy en día, con 30 años soy peor de lo que era con 5. Asumo peor las cosas y a veces creo que he ido para atrás en mi desarrollo emocional. El tema para este post se me ocurrió ayer por la tarde, tomando algo con una de mis amigas (la que más ha aguantado mis idas y venidas).

Ella me observaba mientras yo le preguntaba por qué el último chico de mi lista de decepciones no da señales de vida, quería saber si él ya me habría olvidado, si le he importado tan poco como para no recordarme ni un instante de sus días. Su respuesta fue lo más clara que podría ser: "¿y qué más te da todo eso? La realidad es que no está, es que no escribe ni llama y el motivo da exactamente igual".

Tenía razón, mi parte cerebral le reconoce ese triunfo. A mi desarrollado aspecto emocional esa respuesta le dejó igual que estaba, con una duda que me reconcome. No estoy capacitada para aceptar que el adulto (en este caso él) no se siente frente a mí y me explique que pasa en moto de mí y de mis sentimientos. Si lo hiciera, quizás pudiera meterle en la lista de indeseables de una vez y para siempre (mentira... :( ).

Cuando una relación acaba, habitualmente la ruptura pilla a uno de los miembros en la inopia. Con inopia quiero decir que para uno de los dos, la pareja iba bien, se querían, se amaban, se adoraban y ambos eran felices. Sin embargo, de pronto el otro le mira y le dice que se acabó, rompiéndole todos los esquemas. Es exactamente en ese instante en que volvemos directamente a los 5 años y comenzamos un interrogatorio que jamás obtendrá la respuesta que esperamos.

Tus cuestiones se suceden y él cada vez más hastiado contesta. Sí, te quise. Sí, fui feliz. No, ya no te quiero. No, no hay nadie más. No, no quiero que volvamos a intentarlo. Sí, quiero ser tu amigo. Pero las preguntas que nos martirizan son ¿en qué momento se fue todo por la borda? ¿Cuál fue el desencadenante? ¿Pude evitarlo? Y la realidad es que ni la otra parte tiene las respuestas, ni nos conformaríamos nunca con lo que nos diga.

No hay un minuto exacto en el que él te haya mirado y haya dicho, "uy, pues parece que empiezo a desenamorarme, mejor se lo digo a ver si podemos evitarlo". Eso no pasa. Tú lo sabes bien, porque también tú te has desenamorado alguna vez sin saber el por qué.

Así que si todo ha terminado, no queda más que levantarse, sacudirse el polvo de la ropa, mirar hacia delante y saber que sea lo que sea por lo que, se acabó. Como dije en un post anterior, si no sabes nada es porque él no quiere que sepas, así que ¿qué más da si no quiere que sepas porque te ha cogido asco, porque tiene fiebre amarilla o porque esta con otra? El hecho es lo único que debería de importarte para decidirte a seguir con tu vida.

Busca a esa persona que sí quiera estar en tus días y se encargue de hacerte saber que piensa en ti. Porque la realidad es que el martillear tu cabeza con cuestiones sobre él y si... nunca te llevará a nada, más que a tardar más en descubrir que los motivos, realmente nunca importan.

sábado, 11 de mayo de 2013

Decide!!!!!!

Cada día de tu vida tomas millones de decisiones. Más del 90% de ellas son inconscientes. Te levantas y eliges ponerte vaqueros en vez de falda, dejarte el pelo suelto en vez de hacerte una coleta, decides maquillarte en vez de ir natural. Sales de casa y eliges un camino corto, cuando podrías dar un paseo más largo para llegar a tu destino.

Todas las decisiones que tomas hacen que tu día sea de un modo o de otro. Nunca sabrás si ese chico al que has visto en el metro te hubiera prestado atención si hubieras dejado tu melena suelta, si tu jefa habría sido más amable si vistieras de rojo, o si hubieras evitado el accidente que te retuvo en un atasco si no te hubieras detenido a pintarte el ojo.

A ese tipo de elecciones, más inconscientes que meditadas, no les damos ningún tipo de importancia aunque seguramente la tienen. Sin embargo, cuando tenemos que tomar una decisión al respecto de temas del corazón la cosa se complica.

Nos sentimos incapacitadas para decidirnos a llamar a ese chico que dijo que nos telefonearía hoy, y que no ha dado señales de vida a las 7 de la tarde, para tomar la iniciativa e invitar a algo a ese hombre que nos hace tilín (en algunos casos tolón), pero sobre todo para romper con una relación que ya no va a ninguna parte.

Sinceramente, desconozco si es por miedo (del que la que escribe va sobrada) a la soledad, a pensar que nunca encontraremos a alguien que nos quiera, bla bla bla. Lo cierto es que muchas veces aguantamos una situación que no nos satisface, esperando un cambio que nunca llega. En este tema me siento bastante acompañada, porque otras mujeres me han contado cosas que bien podrían haber salido de mis labios.

Los primeros meses él te prometía bajar la luna del cielo (no, no quiero para nada la luna en mi salón) y ahora es incapaz de compartir contigo un simple atardecer. Deberíamos correr en sentido opuesto cuando vemos que la pareja (si es que hemos conseguido que él pronuncie esa palabra) no va a dar más de sí.
No soy la única a la que un hombre la ha ido conquistando poco a poco (presa vs cazador, recuerdas?) y pasados unos meses él ya no es ni la sombra de lo que era.

Sé, y así lo he expresado en post previos, que ese comportamiento es humano, pero también sé que quedarse anclada a esa persona sólo porque crees que va a volver a ser el del principio, es una soberana tontería.

- ¿Te llama a diario? Si lo hace, genial, pero si no lo hace, no te martirices con los posibles motivos para que no lo haga porque solo hay uno: no te llama porque no quiere hacerlo.
- ¿Planifica citas contigo? O eres siempre tú quien le dice de quedar y él te contesta con un: “vale, si te apetece….”? Sin comentarios
- ¿Te hace feliz? ¿Sientes que tienes todo lo que mereces o te agradaría que fuera más detallista, cariñoso,…?

No soy psicóloga y este test, desde luego, no tiene nada de científico. Pero, sí que os puedo decir que a mí me ha ayudado a ser capaz de tomar decisiones que había retrasado por miedo. Ahora me he dado cuenta de que si no sé nada de él es porque él no quiere que sepa, y he descubierto que quiero en mi vida una pareja que no me dé quebraderos de cabeza, sino tranquilidad. A menudo me daba cuenta de que me planteaba si me quería o si realmente querría estar conmigo. ¿Qué tipo de persona se plantea eso cuando está en una relación sana??

Nadie, verdad?  Sin embargo sé que tú también te lo has preguntado alguna vez y por eso te digo que eso no es normal!!! No, no lo es!! Te pongas como te pongas, busques las excusas que busques, en algún momento vas a llegar a la misma conclusión y tendrás que tomar la decisión de acabar con una relación que no te lleva a ninguna parte, porque si no se compromete contigo en pequeñas cosas, ¿cómo va a hacerlo en las grandes?

No te digo que lo des todo por perdido, pero sí que tomes las riendas de tu vida y exijas lo que quieres.

Quizás el te sorprenda con un “por ti lo que sea cariño. Si quieres, hasta te bajo la Luna”

jueves, 9 de mayo de 2013

El perdón

Semejante palabra para un título eh? Te estarás preguntando si te voy a hablar de amar al prójimo más que a ti mismo, pero puedes estar completamente tranquila. Quería un título claro, pero desde luego nada de lo que encontrarás aquí tendrá nada que ver con sotanas ni capillas.

Algo de religioso sí que tiene el concepto de perdón, sobre todo porque se supone que no se puede tener una vida plena sin perdonar a los demás por sus faltas para con nosotros. Discrepo completamente con esta idea. Yo no voy acumulando rencores, pero me tenéis que disculpar que haya gente a la que no quiero en mi vida después de que me hayan hecho algo, deliberadamente o no.

Sin embargo, y a pesar de que os puedo asegurar que no soy la persona más caritativa ni menos rencorosa del mundo (decir que soy la menos me parece exagerado, pero por ahí ando...) sí considero que hay momentos en los que el perdón es absolutamente necesario para seguir adelante.

No me digáis que no tenéis algún ex al que aún odiáis de manera visceral? tus amigas te hablan de él, las venas de los ojos se te hinchan sólo de oír su nombre y de pronto un ser que no conoces se apodera de ti y comienza a soltar por la boca todo lo que se le ocurre (malo, por supuesto).

Creo que a la mayoría de la gente le ocurre eso con alguien. Una persona que le despierta más odio-asco que el resto, simplemente porque casi con toda certeza, le quiso más o mejor que a los demás.

No te voy a pedir hacer terapia para olvidar ese rencor, pero sí te voy a decir que no te beneficia en nada. Mantener odio hacia alguien es permanecer atada a él para siempre, es no desligarte, es no poder avanzar. La indiferencia es el triunfo, el decirse a sí misma que no pudo ser y no hay más.

Tampoco te pido que perdones de manera indiscriminada, como bien he empezado diciendo yo vivo muy a gusto sin perdonar a algunas personas (mientras he perdonado a otras que quizás se lo mereciesen menos). Lo que te voy a pedir es que te perdones a ti misma.

Ahora mismo acabas de quedarte a cuadros, a que sí? Hasta a mí que lo estoy escribiendo me ha sonado a secta, así que permíteme explicarme.

Las relaciones empiezan y acaban. Habitualmente empiezan porque uno de los dos, o los dos, hacen un esfuerzo por juntarse y, suelen acabar cuando... bueno cuando acaban (Aún no me considero tan experta como para llenar esa frase. Quizás dentro de unos cuantos posts)

Cuando tu ex hizo añicos vuestra relación contra la pared, no pensabas en nada más que en volver con él y, la mayoría de las veces, no pensabas en el precio que te costaría. Él volvió al cabo de un tiempo (como el 90% de los ex) arrepentido, enamorado, deseando compartir su vida conmigo y le aceptaste. El mayor problema y el motivo por el que, seguramente, todo ha vuelto a fracasar es el perdón.
Tú no le has perdonado sus arrebatos, él no te ha perdonado tus enfados, tú no puedes olvidar sus desplantes, él recuerda a cada instante tus reproches. Ninguno de los dos habéis olvidado. Pero, además, tú no te has perdonado a ti misma. No te has absuelto de tu parte de responsabilidad en la primera ruptura, y eso hace que a veces cargues con la culpa de situaciones que le corresponden a él, y al revés.

Para que una relación rota y hecha pedazos vuelva a funcionar, sólo hay una manera de hacerlo: mudar la piel, cambiarlo todo, empezar de cero. Como esas secuelas de películas que nada tienen que ver con la inicial, el escenario, los personajes, todo debe ser distinto. Debemos haber aprendido de nuestros errores, corregirlos y darnos cuenta de que somos mejores cuando el otro nos acompaña en el camino. Si no, no haremos nada más que volver a fracasar con el sufrimiento de por medio.

No olvidéis que vosotras sois las únicas reinas de vuestro castillo, en el que sólo vosotras mandáis y en el que sois quienes decidís a quienes dejáis entrar, con pase VIP o solo de turismo.

miércoles, 8 de mayo de 2013

Tortuosos finales, eternos comienzos

Hay parejas que no pueden estar juntas, las hay que no saben separarse y otras, quizás las menos, son las que ni lo uno ni lo otro.

Estoy segura de que en tu vida has conocido al menos a una pareja así. Desde que les conoces están juntos, primero eran sólo un "rollito", nada serio, de repente ya eran novios oficiales. Ambos desaparecen para sus grupos de amigos durante una temporada y, pasado un tiempo, ella vuelve deshecha en lágrimas porque él la ha dejado (o viceversa).

Acogidos de nuevos por sus respectivas pandillas, se pasan los días investigando con lupa el porqué de la ruptura, pensando en que es su culpa, que es de él o que es de ambos. Tú, como maravillosa amiga o amigo que eres, escuchas pacientemente, atiendes sus llamadas, animas con tus silencios y comprendes con tus asentimientos y, cuando parece que lo han superado, recaen.

Vuelven a estar juntos con la pasión de los primeros días y la seguridad de que esta vez no puede ir mal. Una seguridad tan falsa que no tarda en hacerse añicos de nuevo, y el ciclo vuelve a empezar.

Conozco bien ese tipo de relaciones porque yo he sido, y quién sabe si aún lo soy, la protagonista de una de ellas. Del enamoramiento más absoluto a las rupturas más tortuosas, el ni contigo ni sin ti ha cobrado en mi vida un cariz desconocido.

Cada vez que todo se ha hecho pedazos, mi familia y amigas han estado ahí para recoger lo que quedaba de mí. Con su incondicional ayuda (tanta, que les dedicaré un post especial) han logrado una y mil veces retornarme a  lo que era, dándome la seguridad en mi misma que perdía en cada pelea que acababa con la relación.

Al pasar el tiempo, con mi curación tan reciente que aún había rastros de heridas en mi piel, observan impotentes como vuelvo a meterme de lleno en aquello de lo que no paran de sanarme.

Desde aquí les pido disculpas, por las veces que he desoído sus consejos, por las veces que he buscado su apoyo sin querer escuchar sus consejos, por las veces que aún sabiendo lo que debía hacer he decidido equivocarme mil veces más sabiendo que estarían ahí.
 
Pero, sobre todo, les pido perdón por lo que está por venir, por las lágrimas que aún verteré, por los silencios que me ayudarán a sobrellevar, por los consejos que me darán aún sin pedirlos. Y desde ya, les doy las gracias por su apoyo incondicional que hace de los finales algo menos doloroso.

App

Buenos días!!

¿Cómo lleváis la mañana Pandoritas mías? Yo bastante bien. Dejar de fumar, obviamente, me está costando un poco, pero he llegado a la conclusión de que es algo más mental que físico y ahí vamos.

 No quiero hacer publicidad de nada, pero ayer navegando por el ciberespacio descubrí una app que, la verdad, me está ayudando bastante con el tema del fumeteo. Creo que a algunas o algunos de vosotr@s os puede venir bien si estáis en el intento de dejar de fumar, así que aquí os la dejo.

La aplicación se llama QuitNow y es gratuita (existe también una versión de pago, pero sinceramente no la he probado). Lo mejor que tiene el programa no es que cuente el tiempo que llevas sin fumar, los cigarrillos que has obviado o el dinero que has ahorrado (cosa que anima y mucho, no os creáis!)
 

Con diferencia, lo mejor es lo que se denomina "Comunidad". Es una especie de chat en el que puedes hablar con personas que están en la misma situación que tú. Muchos de ellos llevan mucho tiempo sin fumar, con lo que te pueden dar consejos y, sobre todo, ánimos, que es lo que más falta hace.

Personalmente, os la recomiendo, no porque me paguen, eh? Que quede claro, que a mí nadie me subvenciona de momento (abierta completamente a ofertas, anunciantes en potencia jejeje). Si os hablo de algo es porque lo he probado, me ha gustado y creo que os podría funcionar. Nada más. Sin mentiras, sin estafas, sin publicidad encubierta. Así de fácil.

¡¡Disfrutad del día y no olvideis tratar de sacar algo de la cajita!! :)

lunes, 6 de mayo de 2013

De princesas y leyendas

Cuenta la leyenda que hace cientos quizás miles de años en un planeta llamado Tierra, moraban dos tipos de seres en una convivencia pacífica.

Por un lado, los dioses habitaban el Olimpo. Desde su atalaya de conocimiento y poder, gobernaban los designios de los otros seres que aceptaban su hegemonía sin oponer resistencia.

Por otro lado, los hombres. Ellos no eran como en la actualidad, sino que se trataba de entes completamente redondos, con dos caras, cuatro brazos, cuatro piernas y dos órganos sexuales. En los inicios del mundo se consideraba a la hembra descendiente de la propia Tierra mientras que el macho lo era del Sol. Cada órgano del cuerpo conocido en la actualidad, estaba duplicado en ellos. Todos salvo uno: el corazón.

Con el paso del tiempo, estos seres arrogantes y faltos por completo de humildad decidieron usurpar el poder que hasta ese entonces les había correspondido a los dioses. Atentaron contra el Olimpo en un acto desesperado por conseguir lo que ni siquiera necesitaban, despertando la cólera de Zeus.

Apiadado por aquellos que compartían la tierra con ellos el dios de los dioses no se decidió a destruirlos, pero como manera de castigarlos les partió en dos. Desde ese instante los hombres vagamos por el mundo con dos brazos, dos piernas, un cerebro y la mitad de un corazón. Es por aquel castigo divino por el que nos vemos privados de un corazón entero y sentimos la necesidad de buscar a esa otra persona que nos haga sentir completos, de una vez y para siempre.

Quizás jamás en tu vida hayas escuchado esa historia pero créeme, la vives a diario. Nos han hecho creer que somos la mitad de un ser más desarrollado, más completo y mejor. El amor es compartir un alma en dos cuerpos, es sentir que el otro nos llena un vacío que sentíamos antes de conocerle. Es... es.... mentira!

Tú eres un ser entero. Tú eres lo que quieras ser. Tú no puedes amar si sientes que en ti falta algo, porque ese "amor" no será tal sino sólo la dependencia de algo sin lo que crees que no puedes vivir.

Desde nuestra más tierna infancia se nos narran cuentos de princesas que no podrían por sí mismas haber roto un hechizo, abandonar una vida de sufrimiento y esclavitud o ser felices, si no fuera porque un príncipe las rescató de un destino peor que la muerte.

¿Qué pasa? ¿Blancanieves no podía por sí misma haberse enfrentado a la madrastra? ¿Huir lejos cuando el cazador le perdonó la vida y empezar una nueva vida manteniéndose sola con un trabajo a tiempo completo?

¿La Cenicienta no podría haber dicho hasta aquí hemos llegado? ¿Limpiar la casa todo el día como una esclava por cero euros al mes? Venga ya!! Me voy a buscar un trabajo en un súper que aunque paguen poco es mejor que ésto.

Pero no. Ninguna de las maravillosas, bellísimas y encantadoras princesitas de los cuentos de hadas tomó la decisión de acabar con su prisión. Necesitaban una ayuda externa en forma de hombre valeroso (en la mayoría de los casos tan insustancial en la historia, que ni siquiera sabemos sus nombres) que fuera en su busca y le ofreciera un futuro de riquezas y amor.

Todas nosotras sabemos que los cuentos acaban con el felices para siempre, pero eso es sólo cierto a medias. Imagina que tú conoces a un hombre y pasas 3 minutos exactos de tu tiempo con él (lo justo para el beso que te despierte, o para que te ponga un zapatito de cristal) y ahí acaba tu historia. Por supuesto que son felices, ¿por qué? Porque la realidad es que el príncipe y la princesa son felices hasta que ella se enfada porque él pasa demasiado tiempo de cacería, hasta que la hipoteca del castillo les hace apretarse el cinturón y dejar de ir de fiesta palaciega en fiesta palaciega, hasta que el hastío de los niños aparece en la vida de ella.
Los cuentos son sólo historias que se nos han ido contando como mero modo de diversión, como manera de explicarles a los niños que la fantasía puede existir, pero tan fuertes se han hecho que realmente hemos llegado a creer que pueden hacerse realidad.

El milagro del cuento está únicamente en ti. En tu capacidad para ser una naranja entera, una princesa que se remangue el vestido y se saque sus castañas del fuego solita. Cuando hayas conseguido hacer esto, aparecerá una persona que siendo naranja completa igual que tú quiera compartir su vida contigo, no porque le das lo que no tiene, no porque te da lo que te falta, sino porque juntos sois más felices que separados. Es tan sencillo como eso. Piénsalo.

Mi cajita de Pandora

En mi cajita de Pandora hay muchas cosas que no me gustaría que estuvieran ahí. Guardo lazos irrompibles con personas con las que debería haber roto el vínculo hace siglos, enfados absurdos, celos infundados, un carácter insoportable, vicios inconfesables y amores platónicos que guardo en mi mente sabiendo que jamás serán.

En un post anterior me prometí aligerar la carga de mi "baúl infernal" y he decidido empezar por una adicción que odio tener pero que no hago nada por vencer: el tabaco.

Hoy he decidido tomar las riendas de mi vida y voy a empezar por liberarme del lastre ecónomico, social y físico que supone fumar en mi vida.




Escribo esto como un modo de comprometerme conmigo misma y con vosotr@s de que nunca volveré a meterme el rulito de veneno en mi boca. Tomo la decisión convencida de que mi salud ya no es la que era, de que mis pulmones no aguantan buceando lo que aguantaban y que mi forma física ha menguado mucho en los últimos años (por no hablar de mi maltrecha economía, en números rojos de manera perenne).

Estaré encantada de que te apuntes a mi iniciativa, tomando algo de la cajita y mandándolo lejooooossss, lejossss de nosotras. No olvides que lo que guardas en tu caja de Pandora, es sólo por elección propia.

Y tú, ¿de que quieres deshacerte?

Hombres vs mujeres

Los hombres y las mujeres somos diferentes. Creo que es una afirmación con la que todo el mundo estará de acuerdo. No sólo somos físicamente distintos sino por supuesto mental, social y educacionalmente.

Cada vez es menos común que los niños tengan que reprimir sus lágrimas por expreso deseo de sus padres, pero a las mujeres que ya tenemos una edad nos toca lidiar de manera casi diaria con hombres a los que sus progenitores sí les exigían cierto grado de "hombría".

Me permito entrecomillar esa palabra tan manida porque lo que para mí es la hombría, dista mucho de lo que significa para muchas personas. Incluidas, por desgracia, muchos hombres.

Acostumbrada a que los varones con los que me he cruzado en mi vida no derramen una lágrima frente a mí, mientras yo no tengo objeciones a deshacerme en llanto en su presencia, a que el hablar de sentimientos sea un tema tabú para muchos de ellos, cuando a mí me encanta desgranar cada sentido que le despierta mi sola presencia, la hombría es para mí justo aquello de lo que un gran porcentaje carece.

 Creo que hay que ser muy hombre para romper a llorar (sollozos incluidos) frente a la mujer a quien quieres sin preocuparte de si ella te dejará por nenaza. Hay que ser muy hombre para tratar a una mujer como una reina, aún cuando se le ha caído la corona de tanto chillarte. Hay que ser muy hombre para abrazar a alguien que te echa en cara cosas que ya habías olvidado y pedirle perdón por el comentario que ni siquiera recuerdas.

Cuidado!! No hablo de extremada sensibilidad, que está claro que un hombre que llora incluso por la belleza de las flores da un poco de repelús (para qué negarlo?) sino sólo de un poco de empatía.


Sin embargo, los hombres tienen la idea (no sé si tan equivocada como me gustaría creer) de que son los chicos malos los que atraen a las mujeres. Esos hombres que te hacen desesperarte frente al teléfono, que no llaman cuando dicen que lo harían, que nos ignoran cuando nos cruzamos "accidentalmente" después de haber estado en una nube con ellos el día anterior.

 En el caso de los hombres, el hecho de que una mujer haga eso con ellos, despierta, según los expertos, el instinto de caza. Cuanto más se aleja la pieza, más tratan ellos de engancharlas. Sin embargo en las mujeres, parece que de por sí el instinto cazador no tendría sentido (históricamente hablando).

Mi opinión dice que se trata más de un tema de orgullo. Como mujer el hecho de que un hombre que en algún momento ha sentido necesidad de saber de ti, desaparezca es algo que no podemos soportar. Cada día me mandaba mensajes y ahora no ¿habrá conocido a otra? ¿se habrá aburrido de mí?

Y en ese momento, hacemos exactamente lo que no deberíamos hacer. Le damos la vuelta a la tortilla y comenzamos a ser nosotras las que escribimos, las que llamamos y las que lo buscamos. Es en ese instante cuando la presa se convierte en cazadora.

Digo esto yo, que he pasado tantas veces de lo uno a lo otro que ya no sé ni que rol me corresponde en el juego de la seducción. He cometido todos los errores posibles en mis relaciones, he despertado el interés de hombres convirtiéndome en presa y perdido cualquier oportunidad al convertirme en la portadora de la lanza. Pero ahora, sé que la gracia de la conquista es precisamente esa. Dejarse conquistar mientras seduces sin que se note.

Ahora sé que los hombres no hablan tanto como las mujeres, pero demuestran quizás más que ellas, sé que un te quiero no vale de nada si te deja esperando a su próxima cita más tiempo del que tú consideras necesario, sé que un abrazo dice muchas veces lo que la boca calla y sé exactamente el tipo de “hombría" que quiero en mi vida.

Si lo conseguiré o no es algo que sólo el tiempo dirá pero que el paseo hasta obtenerlo sea maravilloso es algo que sólo yo puedo lograr. Así que pasad, acomodaos y disfrutar del viaje, ya que nadie sabe cuánto aprenderemos en el trayecto.

El porqué de Pandora

La decisión de crear este blog me surgió una noche, dando vueltas en la cama, incapaz de dormir. No sé por qué, o si soy la única a la que le pasa que por las noches me cruza algo la mente. A veces es una idea que pasa como un rayo y soy incapaz de atraparla.
                                                  
Otras veces, sin embargo, el pensamiento se queda conmigo y lo muevo entre los dedos viendo cada vez más clara la pertinencia de llevarlo a cabo. Mi problema es que lo que a la luz de la luna me parece lo más lógico, lo más adecuado, se convierte cuando el sol clarea en la más absurda de las decisiones. Me rindo a los brazos de Morfeo convencida de tener la solución a un problema, o resuelta a emprender algo nuevo en mi vida, y me despierto recapacitando sobre cómo he podido tener una certeza tan absoluta sobre algo que es una completa estupidez.

Cuando esa noche me dormí, la idea del blog se quedó perenne en mi cabeza, acompañó silenciosa esos sueños de los que casi nunca me acuerdo al despertar. Por eso, porque no abandonó mi cerebro, a la mañana decidí crearlo (Antes de arrepentirme).

La creación de un blog supone siempre varios retos. El primero de ellos es preguntarte si tendrás ideas suficientes como para escribir a diario, después está el plantearse si alguien querrá leer las cosas que plasmas en unas líneas. La verdad que ninguna de las dos cosas me preocuparon, no por suficiencia (aún estoy aprendiendo a quererme, no esperéis falta de modestia a estas alturas! Dadme un tiempito...)

Lo que sí me preocupó fue la elección del título del blog. Y yo, que soy una persona que me considero creativa me quedé completamente en blanco. Pero por lo que comentaba antes, de arrepentirme, decidí poner un nombre al azar y comenzar a escribir.

Según cree las dos primeras entradas, menos me convencía el nombre inicial (tan poco me convencía que me permitiréis que lo mantenga en secreto). Y así, de pronto me llegó Los amores de Pandora como respuesta a mis preguntas.

Me pareció el nombre ideal por muchos motivos. De todos ellos, hay uno destaca por encima del resto y es que creo que todas somos un poco Pandoras. Cada una de las mujeres lleva en su interior lo mejor y lo peor del ser humano, quizás no encierra en una caja las miserias, pero ¿quién no ha intentado esconder en lo más profundo de su ser un defecto para que el objeto de deseo viviera feliz en la ignorancia?

Cuando conocemos a alguien, hombres y mujeres por igual (quizás sea eso lo único que tenemos en común) tratamos de convertirnos exactamente en lo que el otro espera de nosotros. No es una farsa, ni una mentira. Es un comportamiento humano que busca la aceptación del resto, máxime si ese "resto" es el centro de nuestros desvelos.

Sin embargo, cuando el tiempo va pasando y la relación se consolida basada en esa irrealidad de la perfección del otro, dejamos abrir la caja. No del todo, por supuesto, ¿quién dejaría salir de golpe todos los demonios? Ahora unos celitos aquí, luego un poco de mal humor allá, un odio que veas fútbol cada fin de semana en aquella esquina,... y así sin casi darnos cuenta, todo lo malo ha salido del fondo de la caja, en la que ya no queda ni siquiera la esperanza de que aquel que conocimos vuelva a ser el mismo que al inicio.

Es por todo esto, por lo que tú que estás leyendo esto, eres tan Pandora como la que firma cada entrada del blog. Es por ello, por lo que este blog está creado por y para tí. Para todas las Pandoras del mundo que descubrieron un día que la mentira del amor es que se debe querer al otro aún a pesar de lo que guarda en su caja.

Porque esa caja está llena de aquello que no nos gusta de nosotros y escondemos, deliberadamente, ante los ojos de nuestra futura pareja. Quizás simplemente, deberíamos ir cogiendo cada uno de los males de esa caja y convertirla en algo bueno. No por los demás, no por lo que podamos conseguir con ello. Sino porque llevar contigo siempre una caja de defectos es demasiado pesado.

Yo por mi parte, me he hecho el firme propósito de aligerar la carga. Intento cada día que mis explosiones de júbilo no se entremezclen con las de mal humor, que mis celos no empañen mis ojos y que me permitan ver con claridad. Y, sobre todo, quererme.

Quiero quererme como quiero a los demás, sin medida. Quiero sentirme orgullosa de lo que llevo en la caja y fuera de ella y no tener que esconder dentro de un baúl mis demonios. ¿Te apuntas al reto?

domingo, 5 de mayo de 2013

Buscando ayuda externa


Vale, ha llegado ese momento. El hombre del que estás completamente enamorada y/o enganchada se ha plantado delante tuyo y te ha dicho las palabras mágicas: “Se acabó”.

Si has tenido suerte te lo habrá dicho clavando sus ojos en los tuyos. Esos ojos en los que tantas veces has descubierto el amor que sentía por ti son ahora fríos e intranspasables. Si eres de las menos afortunadas, habrás descubierto que ya no habrá más mimos ni caricias con él mediante una llamada, un whatsapp o un email.

Sea como fuere, lo cierto es que el mundo se te ha venido encima (o quizás seas tú la que te hundes), todos tus sueños, esperanzas y planes de futuro han acabado de un plumazo y sin que nadie te pida opinión.
En ese instante las reacciones de las personas, son tan diferentes como sus personalidades. Quizás hayas decidido llorar como una magdalena encerrada en tu cuarto, autoflagelándote pensando en su mirada, en su pelo al viento (en este punto, da igual que él sea calvo. Cosas de la imaginación), y en sus maravillosos besos al despertarte.

Personalmente soy de otro tipo de personas. Quizás por las horas que paso frente al ordenador, he convertido a google en la fuente de toda mi sabiduría, así que me senté ante la pantalla en busca de unas respuestas que jamás podría darme un buscador.

Cuando aparece la barra blanca con el cursor ahí parpadeando, te preguntas cómo buscar lo que te inquieta. No te atreves a escribir nada por miedo a no ser lo suficiente precisa en tu búsqueda y cuando te decides a poner “mi novio…” la tecnología te da la solución.

Mi novio no me quiere, mi novio me trata mal, mi novio no me habla, incluso un inquietante mi novio es un zombi, aparecen en la lista de búsquedas de google. Pinchas en una y de una a otra, vas leyendo experiencias de personas que han pasado por algo similar a lo que estás pasando tú ahora. Y entonces, sin darte cuenta, comienzas a encontrar los milagros.

Entre las confesiones de mujeres y hombres que afirman haber tenido la culpa de la ruptura, las que han conseguido volver con ellos, las que han logrado superar el rompimiento de la pareja y ahora son felices de nuevo, aparecen los mensajitos de personas que publican las oraciones mágicas para volver con un ex.

Oraciones que sólo de ojearlas dan miedo. En estos días he visto muchísimos tipos de rezos, peticiones y conjuros con algo en común: que el objeto de deseo sea infeliz sin nuestra presencia. En algunas de ellas se habla de que ese hombre no sea capaz ni de estar con su familia si no está contigo. Sinceramente, no sé si me alegraría de que funcionaran por aquellas que las rezan con toda su fe, o si me da pánico que alguien pueda hacer que seas infeliz de por vida sólo con unas palabras.

Las oraciones deben ser rezadas, algunas 7 días seguidos, otras 9 y otras sólo una, pero en todos los casos después de leerlas hay que publicarlas. Por eso, si algún día entráis en un foro y estáis leyendo el problema de Paco que quiere instalar un juego en el PC y no puede por falta de memoria RAM, no os sorprendáis de que justo debajo aparezca un rezo a San Cipriano. La gente los cuelga donde puede. No hay que culparles!!

Después de los rezos, están los libros. Son quizás más difíciles de conseguir, pero no de conocer ya que en los mismos foros se habla de casi todos ellos. Como recuperar a un hombre en 7 días, como lograr que tu ex caiga rendido a tus pies, como ser una perra asquerosa y que los hombres se maten por ti como una jauría por un chorizo,… Vale, sí, el último no existe pero quizás lo invente yo, visto el éxito del resto.

Esos libros mantienen todos, al igual que las oraciones, un vínculo común. Es el denominado “contacto cero”. Estas dos palabras, creedme, traen por la calle de la amargura a más de una (sí, a mí también ¿qué pasa?). La técnica consiste en desaparecer de la vida, vista e intuición de tu ex. Que él no sepa nada de ti para que si te tiene que echar de menos, que lo haga lo antes posible.

Que digo yo, que siguiendo el sentido común si te ha dicho que pasa de ti en moto, lo normal sería decirle vale, pues adiós y aplicar el contacto cero porque es lo lógico. Pero, si eres mujer y estás leyendo esto, sabes como yo que la lógica a nosotras como que no nos va. ¿Verdad? 

Y le buscas, una y otra vez. Le escribes a ver qué tal le va, aunque le dijiste que de amigos nada de nada, le mandas algún mensaje porque has visto algo que te ha recordado a él y él, a veces te contesta amablemente y otras veces pasa de ti. Lo cual no hace más que hacernos sufrir más, pero ¿y cuándo contesta? Eso es que aún le importamos y que se acuerda de nosotras. Así somos nosotras!!

Quizás por eso, porque somos así, tarotistas, oráculos, pseudopsicólogos, chamanes, y todo tipo de fauna se mezcla en Internet para aprovecharse (en la mayoría de los casos, que me he propuesto ser mejor persona y no generalizar) de las personas que pasan por el desamor. Ahora sólo os queda decidir si creer en ellos o en vosotras y en vuestra capacidad de recuperaros.

Y, ahora os dejo, que me toca la hora de leer la oración de pomba y llamar a Lucinda mi tarotista profesional, para que me diga de que chamán fiarme!! (jijijiji)

Yo, yo y yo


Soy una mujer de 30 años, inteligente, extrovertida, resultona, encantadoramente insoportable en mis manías, luchadora hasta la saciedad y una de esas mujeres a las que sí les importa estar soltera.

Eternamente enamorada de la idea del amor, ahora mismo encarnada en la figura de un hombre que con sus idas y venidas, ha puesto en más de una ocasión mi mundo del revés, veo con envidia a esas mujeres que saben vivir sin amor. 

Yo no sé.

Me siento incapacitada para levantarme por las mañanas y no haber recibido un mensajito que demuestre que alguien se acuerde de mí. Mi reloj biológico grita tanto ya, que creo que cualquiera que me mire a los ojos puede ver en mis pupilas unas enormes agujas de reloj sonando irremediablemente.

Ayer, después de haber pasado 6 días desde que ese hombre me dijera que no quería que continuáramos juntos, me miré al espejo tras una sesión nada curativa de llanto y autocompasión y vi un amasijo de lágrimas y ojos hinchados que me hizo pensar: “¿cómo no me quiere nadie con este maravilloso aspecto, tan saludable?” Así que decidí escribir este blog como modo de verter en él mi dolor, que creo que es compartido por todas las mujeres a las que dejan, por todas las que sufren por el paso de los años en soledad, y lograr así que mis lágrimas se conviertan en letras, que duelen al salir, pero al menos no dejan marcas en el rostro!!!

Os doy la bienvenida!