lunes, 31 de marzo de 2014

No quiero saber

Cuando era pequeña, creía en todo lo que me contaban. Creía en brujas malas y en doncellas bondadosas, creía en quienes me traían regalos cada Navidad, creía que mi papá era un Dios y mi mamá la reina de un castillo construido por el amor que ambos sentían. Creía a mi madre cuando me decía que el puré no era de verduras, a pesar de su color verde.

No me cuestionaba mis creencias, no pensaba ni por un momento que nadie me contara cosas que faltaran a la verdad. Y era más feliz de lo que lo soy ahora que sé que las princesas lo son sólo por matrimonio o nacimiento y que yo nunca seré una de ellas. Ahora que sé que la comida verde es verdura, ya no me sabe tan rico como cuando me prometían que era sólo pollo y zanahoria. Los reyes no tienen gracia cuando es el dinero de tu familia el que sabes que se gasta y saber que mi papá no es Dios, altera bastante lo que le puedo pedir.

La infancia está hecha para vivirla sin preocupaciones y sin miedos. Mal lo hacen los padres y madres que cuentan a sus hijos más de la vida cotidiana de lo que deberían saber, generándoles miedos y dudas que jamás deberían conocer hasta que la vida les lleve irremediablemente a esa espiral de congoja que es la edad adulta. (Nota mental, esta reflexión merece un post aparte)

Cuando creces, empiezan las dudas. Alguien te ha dicho que..., has oído en la tele un comentario sobre... Y buscas unas respuestas que en realidad no deseas escuchar. Te acercas a tus padres, la fuente de información más fiable teniendo en cuenta que tu papá es un Dios y tu mamá una reina que lo sabe todo, y les preguntas tímidamente. Ellos, que en la mayoría de los casos no están preparados para la cuestión, pueden reaccionar de maneras distintas, pero sea en ese momento o años después acaban contándote la verdad. "Sí hija, el puré verde lleva acelgas" y de repente te das cuenta de que saber la verdad no te hace sentir mejor, sino todo lo contrario. Y te enfadas con los mensajeros, mitad porque te sientes engañada e idiota, mitad porque te molesta que te hayan dicho la verdad.

Hay cosas en las que no podemos creer toda la vida. Estamos destinados a ser padres de otros niños y debemos conocer la verdad, para poder hacerles felices ocultándosela durante su más tierna infancia de la mejor manera posible.

Hay otras, que es mejor no saber. Hoy he leído que los científicos llevan años buscando la razón cerebral de la existencia del amor. Y ¿para qué?

Cuando el ratoncito Pérez entraba en mi cuarto y me dejaba bajo la almohada una moneda por mi último diente, no quería saber quién le había abierto la puerta de casa, quién le había dicho cual era mi habitación, ni que persona podría haberse chivado de que lo que yo quería no era una moneda, sino un anillo rosa. (aparte de que pensar en un ratón en mi cama a día de hoy, me parece bastante repulsivo jajja)

Más de 20 años después, sigo sin querer saber como funciona la magia. Después de millones de decepciones desde la infancia hasta aquí, sé bien que todos los seres mágicos en los que creía no existen, desaparecieron con sólo dos palabras de mis padres. Pero hay magia en el mundo, en cada pequeño detalle. En un abuelo que va a buscar a su nieto al colegio, lleno de dolores y achaques pero con una sonrisa en los labios, en un amigo que anima a otro después de un problema, en la sonrisa de un bebé cuando aún no sabe ni sentarse sólo, en ver a alguien a quien quieres dormir plácidamente, en mí misma, en ti que lees esto.

El amor es magia pura. Es no saber por qué esa persona que no conocías se ha vuelto lo más importante de todo tu mundo. Es darte cuenta que tu vida no sería igual sin él o ella y desear que no acabe lo que sientes. No me importa en qué sitio del cerebro se activa un "click" que lo cambia todo.

Si lo supiera, el amor ya no me sabría igual de bien, como ya no me sabe bien el puré verde, ni saber que nunca seré princesa, ni que mi papá, a pesar de no ser Dios se asemeja para mí todo lo posible a uno.

De cualquier manera, y por si te ataca la curiosidad, te dejo el enlace donde he visto la noticia.
http://diarioadn.co/vida/ciencia/cient%C3%ADficos-buscan-descifrar-la-qu%C3%ADmica-del-flechazo-de-amor-1.47486